martes, 3 de mayo de 2011

Pumas en el pecado llevó la penitencia


AL América le bastaba un empate, o incluso perder por menos de dos goles, para calificar a la serie final del futbol mexicano; pero en la guarida de los Pumas y con un hombre menos venció por 2-0 con anotaciones de Vicente Vuoso y Ángel Reyna, en una muestra de que jamás hay que darlo por muerto ni mucho menos.

El peor de los daños lo recibió el Universidad porque perdió en la última jornada del torneo regular el superliderato que ostentó durante todo el campeonato y ahora se deberá ver las caras con el actual campeón, Rayados del Monterrey, que viene tumbando caña en cada presentación.

Para el escuadrón de Carlos Reinoso fue un triunfo a toda ley, sin excusas ni pretexto. Primero porque supieron aprovechar el desgano y el conformismo que presentaron los Pumas hasta recibir el gol, y además hay que elogiar a Axel Bierbaum por lo bien preparado físicamente que tiene al equipo, ya que jamás se notaron sobrepasados físicamente a pesar de que hay más juventud del lado universitario.

Fue de esos partidos en la primera mitad en el que daba la impresión de que ambos rivales estaban cómodos con lo poco que estaban haciendo, y aunque fueron los Pumas lo que exigieron a Guillermo Ochoa en varias ocasiones, quien demostró que sigue siendo el portero que todos sabemos que es porque evitó por lo menos dos goles porque los disparos eran sumamente peligrosos.

Por el lado del visitante, poco o casi nada ofensivo. Es más, las labores defensivas en el mediocampo del joven Reyes y Rosinei fueron notables porque no le permitieron a sus adversarios explotar por el centro la velocidad que siempre tienen.

Así, los minutos fueron pasando, y si los Pumas esperaban que los americanistas acusaran cansancio eso no se notó para nada; incluso, los dos minutos para hidratarse sirvieron a los visitantes para acomodarse mejor en la última zona y no permitirles a Bravo o a López llegar a preocupar a Ochoa.

Y para la segunda parte, el América encontró en un tiro de esquina el gol que lo puso a respirar tranquilo. La mala marcación del "Pikolín" y el buen cabezazo de Vuoso fueron suficientes para vencer a Palacios, y entonces comenzó la reacción universitaria en una muestra de que sí tenía la potencia para atosigar a su rival en los últimos metros y así defender su prestigiosa situación en la tabla de posiciones durante todo el torneo, pero el pecado auriazul fue acordarse tarde de quién fue en el campeonato regular y dejar vivir a un rival como el América, que luego de la expulsión de Layún -merecida- supo acomodar sus piezas de tal forma que sólo le permitía remates desde afuera del área, como ese de Castro, que se estrelló en el travesaño.

De ahí en más, de parte de Pumas todo fue esfuerzo y ofreció al América sus espaldas; fue cuando Rosinei y Reyna hicieron la jugada del segundo gol para sellar una venganza de aquel juego final en el pasado campeonato, cuando Universidad fue al Azteca a vencer.



CONCLUSIÓN

Ahora el América jugará contra Monarcas, ya dentro de la llamada liguilla. Seguro que lo hará jueves y domingo, el primero en La Corregidora y el segundo al pie del Quinceo (estadio Morelos), demostrando que jamás hay que dar por muerto a un equipo grande porque se crece frente a las adversidades.

Por el lado de Pumas, el resultado fue un cachetadón porque perdió la excelente posición de superlíder, empañó la gran temporada y ahora se enfrentará a los Rayados, un rival que sabe cómo jugar liguillas y cotejos decisivos, o sea, que se sacó la rifa del tigre.

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